miércoles, 22 de diciembre de 2010

PPK, LA PROFECÍA (Escribe Mirko Lauer, para el Diario LA REPÚBLICA)


Por Mirko Lauer

El vaticinio de Julio Cotler sobre una segunda vuelta entre Alejandro Toledo y Pedro Pablo Kuczynski no ha sido tomado muy en serio, a pesar del prestigio de este científico social del IEP. La parte difícil de asimilar es la de PPK, quien se viene moviendo en la segunda división y al que nadie más augura un despegue espectacular.
El pronóstico de Cotler fue el martes 14, en un programa de TV. El domingo 19 PPK apareció con su intención de voto más alta hasta el momento: 5%+, casi el doble de lo que había venido recibiendo. No es precisamente una avalancha, pero sí muestra de que su nuevo sancochado polícromo podría estar empezando a funcionar.
Al margen del 5%, la Alianza para el gran cambio parece haberse instalado bien en el imaginario del público y de algunos medios. Su crecimiento en la encuesta, pequeño en términos absolutos pero importante para la alianza, se da en un instante en que Luis Castañeda parece estancado y Keiko Fujimori empezando un leve declive.
Hasta aquí la opinión generalizada fue que Toledo y PPK competían por el mismo electorado. Pero a la luz de la opinión de Cotler es interesante explorar algunas diferencias. La más notoria es que Toledo ya está amarrado a una imagen conocida y confrontacional, mientras de la candidatura de PPK puede ser vista como a través de un calidoscopio.
Lo anterior significa que se puede ver en él más o menos lo que uno quiera, según cómo se sacuda el tubo: un ekeko cargado de ideologías, regiones, públicos y agrupaciones, todo articulado a un estilo campechano y a un acento marginal gringo. Esto último le sirvió bien, en modelos muy distintos a Alberto Fujimori (heavy ponja) y a Toledo (american cholo).
Pero para crecer en serio PPK le tendría que robar votos a alguien, además del propio Toledo. La coalición arcoíris que representa y la pasada experiencia de Susana Villarán en Lima sugieren que hay allí afuera electorados instantáneos buscando novedades. Hay que reconocer que el PPK político (no confundir con el PPK banquero & tecnócrata) es una novedad.
Lo que Cotler no dijo fue quién ganaría esa hipotética segunda vuelta. Pero la sensación es que para PPK llegar desde su 2%+ a la segunda vuelta es el equivalente a ser indetenible. Por lo pronto es más fácil imaginar a los castañedistas, fujimoristas y apristas votando por él, antes que por Toledo.
Todo esto tendría que suceder en más o menos 12 semanas, en medio de la estridencia de una docena de campañas. Lo cual es el contexto natural de las sorpresas electorales en el Perú. Hasta aquí que sepamos nadie ha arriesgado un pronóstico a tanta distancia, en el tiempo y en las cifras. En todo caso esta es la hora de regalarle un chullo technicolor a Cotler.

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